miércoles, 25 de marzo de 2009


Por Juan Salinas
El timo del Spinetta verdugo -->
Los grandes medios echaron las campanas al vuelo. No eran sólo Susana Giménez (conmovida porque su asistente Gustavo Lanzavecchia fue asesinado en su casa por un ex policía luego de un encuentro sexual múltiple) y cantautores tan populares como Sandro y Cacho Castaña quienes proponían reestablecer la pena de muerte (en abierta violación a los tratados internacionales que Argentina ha suscripto) sino que también se habría sumado a esa posición-trinchera-fosa Luis Alberto Spinetta, el patriarca del rock argentino, quien durante décadas fue abanderado de la causa de la fraternidad humana.
“Pescado rabioso”, tituló Perfil, que no obstante tuvo la delicadeza de adjuntar el audio de la entrevista que le realizó el viernes 6 por radio Mitre el periodista Ernesto Tenembaum en el programa La primera mañana.
Sólo si el lector resultara lo suficientemente curioso como para escucharlo –y lo suficientemente atento– pudo haber verificado la magnitud de la estafa que se estaba cometiendo, estafa que se inscribe en el hostigamiento sin límites que los grandes medios han desatado contra el Gobierno nacional, acaso porque a comienzos del pasado invierno, Spinetta (con valentía y a pura pérdida, puesto que muchos, acaso la mayoría de sus seguidores, son opositores al kirchnerismo y lectores de La Nación, Clarín y/o Perfil) firmó la primera “Carta Abierta” que al desatarse el conflicto entre las patronales agropecuarias y los poderes legítimamente constituídos, denunció su carácter “destituyente” por no decir simplemente “golpista” (con el ánimo de distinguir los golpes cívico-militares del pasado de los mediático-económicos de nuevo cuño).
Aquel texto, firmado inicialmente por más de un centenar de artistas e intelectuales (y, justo es también advertirle a los lectores, por quien escribe) se pronunció “en defensa de la democracia y en reclamo por más distribución de la riqueza” y contra “el rechazo a las decisiones del Congreso Nacional, el desgaste de la autoridad presidencial, el lock-out patronal y el desabastecimiento” (ver aquí).
En contra de la pena de muerte
En la entrevista que nos ocupa, Spinetta dijo no una sino tres veces (ver destacados en cursiva), que está en contra de la pena de muerte y sugirió que muchos de los que se pronuncian a favor de ella desistirían de ponerla en práctica si la ejecución estuviera a cargo de ellos mismos. El músico (cuyo último álbum, Un futuro, fue elegido por sus colegas como el mejor disco de rock nacional hecho en 2008) se confesó, sí, para nada exento de los sentimientos de venganza que experimentan la mayoría de las personas respecto a los cobardes que perpetran crímenes atroces y aberrantes como robar y matar ancianos y violar y matar niños.
Pero, tras poner el dedo en la llaga al referirse al hiato que hay entre encomendarle el ajusticiamiento a terceros desconocidos a través del Estado o efectuarlo por mano propia, destacó que de acuerdo al más elemental principio de equidad y proporcionalidad, si la pena de muerte no se aplicó ni siquiera a los genocidas responsables de la desaparición y el asesinato de miles de personas, ¿cómo podría aplicársele a quien sólo ha matado a una o dos?
Como se verá, era preceptivo si la breve entrevista radiofónica se transcribía, de estas expresiones surgía el “título cantado” de la nota. Pero los grandes medios, enzarzados en una pelea sin reglas con el Gobierno, no le iban a regalar la frutilla de un Spinetta que reafirmara una vez más su viejo compromiso con la plena vigencia de los derechos humanos.
Porque hay que ignorarlo todo acerca de la vida y obra de Spinetta o tener la cara de, para presentarlo como un émulo del “ingeniere” Blumberg y la Giménez. Baste recordar que escribió y compuso La bengala perdida conmovido por la muerte de un hincha de Racing en La Bombonera (canción que a mi juicio, de haber sido tenida en cuenta por los seguidores de Callejeros, bien podría haber evitado la tragedia de Cromañón), que le dedicó Maribel a las Madres de Plaza de Mayo, su militancia a favor de los mayores cuidados a la hora de conducir automotores a fin de reducir los accidentes o las arrebatadas declaraciones que le hiciera hace ya más de veinte años a este periodista acerca de si volviera una dictadura como la que asoló el país entre 1976 y 1983, “vendería mi guitarra y me compraría un fusil” (declaraciones que, por cierto, también se prestaban para presentar a un Spinetta violento, casi partidario de Sendero Luminoso) por lo que –con la valiosa excepción parcial de la Rolling Stone– se cuidaron de no transcribirla.
Y muchísimo menos, claro, de ponerle el título que era preceptivo (que, como dicen los españoles, “era de cajón” y se caía de maduro).
Por el contrario, únicamente destacaron lo que conviene a sus fines de provocar impactos debajo del cinturón en desmedro de la veracidad: que Spinetta exclamó que “a alguna gente habría que pegarle un tiro en la cabeza”. Quizá pensara en algunos colegas.
En el inicio del diálogo que conocemos, Spinetta se refiere a la campaña (insólitamente lanzada por el Partido Verde Ecologista) de establecer la pena de muerte en México, donde las reyertas vinculadas al narcotráfico producen más de 5.000 asesinatos anuales. Se da la paradoja que la legislatura del estado de Nuevo México (USA) acaba de abolir la pena capital. Y su gobernador, el hispano Bill Richardson, convalidó esa decisión a pesar de haber sido hasta ahora partidario de la pena de muerte. Cambió de posición ante la evidencia de que en el pasado se habían ejecutado inocentes. Y según explicó, al convencerse de que la cadena perpetua sin libertad condicional, es suficiente castigo.
Textual
Se transcribe el fragmento de la polémica. Las interrupciones señaladas así (…) corresponden a breves comentarios de Tenembaum, de los que un Spinetta conmovido y lanzado a uno de sus soliloquios iluminadores apenas hizo caso. Quien quiera escucharlo debe cliquear aquí.
"Estuve en México hace un par de meses tocando, y vi que hay (la intención de convocar a) un plesbicito. A ver si verdaderamente va la pena de muerte o no (...) a secuestradores y violadores. Hay una intención. Es una pregunta en lo profundo del ser. Una parte que es justa de alguna manera, que la sangre hierve, dice ‘Péguenle un tiro en la cabeza a todos estos hijos de puta’… (vacila, parece asustado de lo que acaba de decir). A ver si nos entendemos: una parte del ser dice eso ¿sí o no?...
Y hay otra parte que dice: ‘Pero bueno, yo no lo hago, lo hace un organismo’. Y una vez más, como en la historia, todos quieren castigar pero nadie se quiere manchar con sangre. Entonces es un dilema en lo más profundo... Y yo vivo ese dilema. La gente que roba y mata a los ancianos... (habría que darle) cadena perpetua como mínimo. A los violadores de niños, realmente, no los podrías mandar a ningún lado... Entramos en la zona de Guantánamo, del Guantánamo que está dentro de nuestro ser. Queremos una pena que prácticamente sea morir. ¡Peor que morir!".
Tenembaum le pregunta "¿Y cómo resolvés vos ese dilema?"
"No sé -dice el Flaco-. Realmente. Estamos hablando porque no lo tengo resuelto... Para mí las expresiones de ‘¡Mátenlos de un tiro a estos guachos!’ son genuinas. Pero también, en mí, pienso que yo no iría a matarlos... No sé... (ríe sarcástico) que lo haga otro por las dudas... (Pero) si me tocara de cerca, no sé lo que haría (...) ¿Me entendés lo que digo? Hay una parte en la que realmente habría que aplicar una justicia que parece provenir de los extremos políticos. De la gente que mata, que te cortan los brazos, que te dan con un hacha donde sea. En público, te linchan en público, no sé...
Es talibán matar así, matar por matar. Genera un fundamentalismo (...). La decisión de decir, bueno sí, aprobemos la pena de muerte, es un fundamentalismo. Y uno no quiere caer en eso, quiere algo humanístico. Y a la vez (están) los derechos humanos. ¿Cómo puede ser que mandemos a la silla eléctrica, suponete, o a una dosis letal, a un individuo que mata a una pareja para robarle el auto, como sucede a diario y (enfatiza) no estén muertos los tipos que mataron a 30.000 (desaparecidos)?
Dada esta situación donde ...- dice Tenembaum
—Sí… - responde el Flaco (parece conmovido por lo que acaba de decir).
... la salud y la educación no están resueltas –continúa Tenembaum– donde la miseria es mucho mayor que hace una década y mucho más mayor que hace dos décadas (sic), donde se construyen shoppings en lugar de escuelas (sic). Dada esta situación que genera violencia y hay gente que mata y pasan las cosas que uno ve que pasan… Dada la opción... yo ¿cómo traduzco tu posición? (Sos) un tipo que dice "matémoslos" o un tipo que dice "yo entiendo la sensación de gente que quiere matarlos, pero ese no es el camino...".
—Ese no es el camino para resolverlo– responde Spinetta sin vacilar. –Pero te sube la tanada y vos querés justicia por mano propia... Pero habría que ver si la persona que le toque se atreve realmente. Porque linchar así de a muchos es fácil (pero matar con las propias manos no tanto) Pero es algo adentro mío que, te lo digo sinceramente, no estoy a favor de la pena de muerte… pero a alguna gente habría que pegarle un tiro en la cabeza, eso no me lo saca nadie de la cabeza".
Ese jardín de gente
Ante la polémica desatada, Spinetta permaneció en silencio. Y es que tiene una pobrísima impresión del periodismo vernáculo. Hace unos años, cuando no hacía mucho que se había separado de Patricia, la madre de sus hijos, y mantenía un apasionado romance con la actriz Carolina Peleritti, un paparazzi al servicio de una revista de chismes de famosos que por entonces vendía decenas de miles de ejemplares tuvo el dato de que la pareja se encontraba en un hotel e hizo guardia en la puerta para escracharlos. Spinetta se dio cuenta al salir, ambos desandaron sus pasos y se recluyeron, cercados.
Pasado un tiempo y para romper el cerco y acabar con el asedio, El Flaco negoció con el acosador via teléfono interno dejarse “fusilar” por su cámara. Y bajó con Carolina, ambos munidos de carteles escritos con fibrones que decían “No lea basura, lea libros”. La revista más careta publicó las fotos luego de haber lavado esas leyendas y la pareja apareció con carteles… en blanco. Pero otra revista rival más gentuza la humilló, publicándolas tal cual.
Quienes conocen la obra señera de Spinetta saben que su filosofía respecto al cuidado de la vida humana no sólo está expresada en viejos álbumes como el magnífico Artaud, hecho a comienzo de los ’70 en homenaje al poeta surrealista Antonin Artaud (1895-1948), sino también en composiciones más recientes. Por ejemplo, la hermosísima Un jardín de gente cuya letra dice:
Alguien debió conservar y cuidar con amor este jardín de gente / Eso es lo que nunca será / ¿Cómo harás para ver y aliviar el dolor en el jardín de gente? / Algún acuerdo en tu alma tendrás / Y ya no sé si es que amanece o veo el cielo como un gran collage / Estás ciego al creer que podrás evitar este jardín de gente / Con dinero no se inventa el amor / Ya te hartaste de frutos y peces y panes que comes sin suerte / Y el andén espera por mí / ¿Y que dirás cuando termines el bocado de tu propia flor? / Alguien debió conservar y cuidar con amor este jardín de gente / ¡A Dios nunca se le ocurrirá !/ ¿Cómo harás para ver y aliviar el dolor en el jardín de gente? / Algún acuerdo en tu alma tendrás / Y ya no sé si es que amanece o veo el cielo como un gran collage / El collage de la depredación humana...
Termino estas líneas mientras veo que en la calle pegan carteles que convocan a Plaza de Mayo a manifestarse por “más seguridad”… a la misma hora en la que la Presidente proclamará en La Plata la remisión al Congreso de una nueva Ley de Medios Audiovisuales. Quienes promocionan la movida son, claro, los afectados por ella. Pero no firman, claro. Firman “Constanza”, y puedo asegurar que no se trata de mi prima. Me dicen que se trata de la esposa de un coronel represor. No es para extrañarse demasiado: los grandes diarios apoyaron a la dictadura y se asociaron a ella, entre otras cosas para disfrutar del monopolio de Papel Prensa. Pero se cuidan de hacerlo explícito. No dan la cara. Pero hacen con Constanza lo mismo que con Cleto. Lo apoyan y vertebran, como el aparejo que mantuvo al Cid muerto en su cabalgadura, aunque el tipo fuera una baba.
Hay un periodismo, cada vez más masivo y ruidoso que eligió ser parte del collage de la depredación humana. Sigo con placentera atención la obra de Spinetta desde hace casi 40 años y puedo decir de él lo que no se me ocurre de que otro personaje público podría decir: que nunca me defraudó.
Fuente: Revista Zoom
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Homenaje a la memoria del país que seremos
“Es el Día de la Memoria”, dicen los pañuelos blancos de Plaza de Mayo.
“Y el Día de la Verdad”, agregan los muros de los barrios pobres.
“Y el Día de la Justicia”, reclama esa infancia a la intemperie que nos quiebra el ala, allí donde más duele.
Cada cual calza la piel que le quedó con vida. Es 24 de Marzo y salimos de ronda con nuestras ausencias.
Cada cual viste a su propio dolor, con la pilcha que guarda para la ocasión.
Se llamará Vicente Ayala, el Flaco Sala, el Pato Tierno, Paloma, Alicia o Rodolfo.
Son 30 mil ausencias. 30 mil “¿porqué nos duele tanto?”. 30 mil miradas que quedaron sostenidas para siempre de las nuestras.
Es un país fusilado, torturado, exiliado, preso y desaparecido, el que vuelve en cada gesto digno, en cada marcha, en cada abrazo.
“¿Lo viste a mi hermano?” “¿Sabes algo del viejo?” “¿Y los compañeros y las compañeras, dónde están?”
Es un día de otoño que rasguña el alma.
Cuesta encontrar la vertical para salir a la calle, porque es el día de esa lágrima dolida, cayendo sobre la mejilla y la mejilla es un pueblo y es un río que sangra y es un mar que quiere ser lecho y ser cuna y abrigo para disimular tanta vergüenza y no sabe porqué.
Allí andan ellos, la juventud presente, la del Che y ya lo ve y ya lo ve es una sola jotape.
Derrotados y triunfantes al mismo tiempo. Les duele la vergüenza que no tuvieron sus asesinos. Es el día de la vergüenza ajena.
El día que la historia se abre paso aunque le corten las rutas y caminos aledaños.
Corrige los errores y aprende con el último poema de Juan Gelman, los nuevos paradigmas que nos faltan, ahora que el mundo estalló por los aires. Es el día de la voluntad.
Suceden estas cosas cuando se recuerda la noche que los dictadores convocaron a la muerte. 24 de marzo de 1976.
“La Junta de comandantes informa a toda la población, que la muerte es el mejor remedio cuando desborda la vida. La muerte para los que quisieron una patria de iguales. Para los desaforados y los que llevan el corazón muy a la izquierda. Muerte para los homosexuales, enfermos irredentos de subversión en el alma, para los judíos que no aprendieron nada en Auswitch, para los ferroviarios que siguieron fieles a Scalabrini Ortiz, para los peronistas que siguen prendiendo la mecha de eso que llaman la solidaridad, para los curas villeros, para los mendigos, para los trabajadores y la resistencia, para las monjas de la Iglesia de la Santa Cruz, para los que amenazaron convertir nuestro país en otra Cuba, olvidando que en la cucarda de la feria anual de la Rural, escrito está que somos y seremos “occidentales y cristianos”, pero de un Cristo que toca el piano en el Jockey Club para aliviarnos el peso de tanta muerte encima”.
Treinta y tres años pasaron. Los años que tenía Evita. ¿Será por eso que vuelven a la carga con sus antiguos odios?
La profesión más vieja del mundo, es el egoísmo de clase. Mentira que es la otra. Tiran dentelladas contra el único gobierno que, después de la tragedia, se atrevió con ellos. Que los llamó a la cordura para que se integren solidariamente. Que les pide que compartan la riqueza antes que el desprecio por el semejante, que la vida es mucho más que una bolsa de soja, que la patria es de todos, no solo de ellos, que los caminos son siempre las venas abiertas de un pueblo que seguirá buscando, que debieran aprender a aceptarse como son para transformarse de una vez por todas, en gente más buena y menos mezquina.
Esta vez no podrán evitar que la palabra, recupere la libertad secuestrada en el barco donde asesinaron a Mariano Moreno y un tiempo después, robada en la esquina de San Juan y Entre Ríos, de donde se llevaron a Rodolfo Walsh con su Carta Abierta a la Junta Militar.
Será ley la palabra para todos. Será ley el país inclusivo. Y es ley por los siglos de los siglos, que este Día es de la Memoria, la Verdad y la Justicia.
Los 30 mil ausentes navegan por el aire, para llenarnos de vida hoy más que nunca.
Es una doble pena que algunos recuerden este día, añorando a los dictadores.
Mentirán, falsearán, golpearán, violentarán la convivencia de los argentinos. Pero el manual de estilo del buen explotador, les enseña a declarar que esas malas conductas, las cometen los otros.
Que sea el día de la solidaridad, hoy y siempre.
Y aunque les duela en los silo- bolsa de la discordia, ojalá que entiendan pronto, que primero está la vida.
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Carmen Argibay contra la pena de muerte
“Una exageración mediática”

La ministra de la Corte Suprema Carmen Argibay volvió a criticar a quienes instalaron la polémica sobre la pena de muerte. Sostiene que es un tema “absurdo” y que está “inflado” por los medios. Repitió que la pena de muerte es inaplicable.
La ministra de la Corte Suprema Carmen Argibay ya había advertido que la pena capital está prohibida por los tratados internacionales incorporados a la Constitución nacional. Ayer, la jueza volvió a la carga contra quienes promueven la instalación de la pena de muerte. “Nunca antes hubo estas manifestaciones absurdas, de estar pidiendo la pena de muerte”, dijo y criticó a quienes asistieron al acto del miércoles pasado a Plaza de Mayo: “No hemos visto a estas personas marchando contra el hambre y la pobreza”.
A casi un mes de que Susana Giménez, compungida por el asesinato de su decorador Gustavo Lanzavecchia, sentenciara que el “que mata tiene que morir”, Argibay atribuyó la continuidad de esta idea controvertida e ilegal al marco de la inseguridad en que se la enuncia. Aunque esto no fue un atenuante, todo lo contrario. Mientras hablaba del asunto por radio, aseguró que se “está exagerando periodísticamente” la problemática de la inseguridad. “Son ustedes los que están inflando el tema –les dijo a sus entrevistadores–, las buenas noticias no las dan, dan malas noticias...”
Para la jueza, la criminalidad es un problema mundial que ocurre “desde Caín y Abel”; y aunque admitió que “ahora está exacerbada la violencia”, señaló que se debe “buscar en los programas para evitar eso y no pedir cosas absurdas” como la pena máxima. Argibay también refutó la afirmación de la diva del teléfono, repetida por el sacerdote Guillermo Marcó en la reciente marcha por seguridad, de que los delincuentes, en los hechos, ya aplican la pena de muerte contra sus víctimas. “Las penas son castigos que sólo aplica el Estado, y cuando alguien mata a otro, comete un delito”, aclaró.
Como explicó en su momento la magistrada, la pena capital no es una pena previsible ni posible en Argentina, ya que el Pacto de San José de Costa Rica, incorporado en la Constitución, prohíbe incluirla en países donde no existía previamente. Por eso, ayer insistió en criticar la marcha del miércoles pasado, que según versiones habría sido financiada por el diputado Francisco de Narváez. “La pena de muerte no se puede aplicar aquí –recordó–, entonces no podemos estar pidiéndola; nunca hubo estas manifestaciones absurdas, de estar pidiendo la pena de muerte. Así no vamos a ningún lado, porque ponemos el carro por delante del caballo.”
En cuanto a las formas de solucionar el tema de la inseguridad, Argibay apuntó a la necesidad de inclusión social para los sectores marginales. “Primero tenemos que empezar a ver la cantidad de muertes evitables por falta de atención médica, de programas de salud, por falta de atención a la niñez”, enumeró. “Recién ahí podemos empezar a hablar de lo que estamos haciendo para remediar la inseguridad”, indicó esta abogada, que ha sido jueza de la Cámara del Crimen porteña, del Tribunal Criminal Internacional para crímenes de guerra en la ex Yugoslavia, con sede en La Haya, y fue presidenta de la Asociación Internacional de Mujeres Juezas.
Es sabido que Argibay no oculta sus opiniones. De hecho, hace poco se trenzó en una discusión con Cristina Fernández, quien se quejó de la demora de los juicios por violaciones a los derechos humanos. La magistrada le dijo que falta nombrar más jueces y más presupuesto: “Y usted lo sabe perfectamente bien”. Poco después, el jefe de Gabinete, Sergio Massa, anunciaría más presupuesto y 750 nuevos puestos laborales en el Poder Judicial. Ese día, a principio de mes, mientras asistía al acto de la apertura del año judicial en la ciudad de Mendoza, la jueza aprovechó para descalificar los pedidos de pena de muerte. “Son espasmos de una sociedad que está alterada”, dijo.
La cruzada que empezó con Susana Giménez fue apoyada por otros famosos como Sandro, Cacho Castaña, el Facha Martel, Mike Amigorena, Marcelo Tinelli y otros. Ayer, Argibay recordó que “hubo personajes famosos que cometieron homicidios y nadie pidió la pena de muerte para ellos”. La diva Giménez se retractó de su frase a los pocos días porque estaba “re caliente” cuando la dijo, aunque insistió en pedir más mano dura. Argibay cuestionó el exabrupto: “A veces, actuamos por impulso y por histeria, y nosotros (la Justicia) no podemos darle voz a la histeria”.

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